El Martirio De Hypatia
(o la muerte del mundo clásico)
por Mangasar Magurditch Mangasarian
Nuestro tema hoy nos lleva a la ciudad de Alejandría, uno de los centros intelectuales más grande en los días en que Atenas y Roma todavía gobernaban el mundo. La capital de Egipto recibió su nombre en homenaje al hombre que concibió y ejecutó su diseño -- Alejandro Magno. Bajo, una casta de los Reyes Griegos, Tolomeo, Alejandría pronto se soltó en eminencia, y, acumulando cultura y abundancia, se convirtió en la metrópoli más importante y con un gran alcance al Oriente. Sirviendo como acceso de Europa, atrajo el comercio lucrativo de la India y de Arabia. Sus mercados fueron enriquecidos con magníficas sedas y telas de los bazares del Oriente. La abundancia trajo ocio, y alternadamente, artes. Se convirtió en hogar de una maravillosa biblioteca y de escuelas de filosofía, representando todas las corrientes del pensamiento, hasta las más delicadas. Contemporáneamente era creencia general que la ciudad de Atenas había caído sobre los hombros de Alejandría.
Pero había una masa oriental obstinada y supersticiosa en la ciudad que no se mezclaría con los extranjeros, es decir, con los Griegos y los Romanos. Este antagonismo entre egipcios y los hijos de Grecia y Roma, quienes eran Alejandrinos solamente por adopción, era con frecuencia ocasión de revueltas callejeras, para alborotos en la calle, peleas, masacres y guerras civiles.
Sobre el año 400 A.D., Alejandría, que hoy por hoy es una ciudad musulmana de tercera, gozó de una población de 600.000 habitantes. La ciudad propiamente dicha ocupaba una circunferencia de quince millas. Gozó de la distinción de estar absolutamente libre de la maldición de la pobreza. Ningún mendigo se podía ver deambulando por sus calles. Nadie era ocioso, y el trabajo era remunerado mediante buenos salarios. Tal era la demanda de trabajadores que incluso el paralítico encontraba una ocupación conveniente. El Alejandrino sabía sobre la fabricación del papiro, una clase de papel vegetal usada extensivamente por los autores, y sabían soplar el cristal y tejer el lino.
Aparte de su magnífica biblioteca, cuyas estanterías sostenían algo más precioso que el mismo oro, quizás el edificio más estupendo de la ciudad era el Templo de Serapis. Se dice que los constructores del famoso Templo de Eddessa se jactaban de haber creado algo que las generaciones futuras compararían con el Templo de Serapis en Alejandría. Esto debería darnos una idea de lo vasto y bello que era el Serapis Alejandrino, y de la alta estima en la cual era considerado. Historiadores y expertos afirman que era uno de los monumentos más magníficos de la Civilización Pagana, comparable con el Templo de Júpiter en Roma, y el Partenón en Atenas, sin lugar a duda una de las gemas más bellas lucidas por la tierra en esta zona.
Templo de Serapis fue construido sobre una colina artificial, que se llegaba mediante cien escalones. No era un solo edificio, sino un extenso conjunto de edificios, todos agrupados alrededor de un edifico de vastas dimensiones, elevado sobre pilares de enorme magnitud y exquisitas proporciones. Algunos críticos han sugerido la idea que los constructores de ésta obra maestra se propusieron hacer una estructura compuesta, combinando los más diversos elementos del arte Egipcio y Griego a un todo armonioso. El Templo de Serapis fue considerado por los antiguos como símbolo de reconciliación entre los arquitectos de las pirámides y de los del Acrópolis Ateniense. Representó en sus mentes la combinación del masivo arte Egipcio con la gracia y el afecto Helénico.
Pero la atracción más grande de éste Templo era el Dios Serapis mismo, dentro de la valiosa construcción. Es difícil formarse una idea de sus enormes proporciones. Él llenó con su presencia el Templo. Él estiró sus brazos y sostuvo las dos paredes, una sobre su derecha y otra sobre su izquierda. El artista había concebido, también, la idea de hacer el cuerpo del Dios tan abrazante como sus brazos. Él fundió todos los metales conocidos del aquel entonces --oro, plata, cobre, hierro, estaño, plomo-- para crear una sustancia que representara a un Dios. Él decoro ésta variada composición multi férrea con las gemas más raras-- las piedras más costosas que el mundo ofrecía. Él pulió todas sus partes hasta que la estatua colosal brilló como un zafiro enorme. Sus exquisitos tintes y sombras, se dicen, pudo haber provocado los celos de los cielos azules. Como corona el Dios vistió en su cabeza el símbolo de las abundantes cosechas. A su lado, parado un animal de tres cabezas con partes de león, lobo y perro. El león fue usado para representar el presente; el lobo simbolizó el pasado –el devorado pasado; mientras que el perro, el animal amigo, significaba para el futuro. Enroscada alrededor del cuerpo del Dios había una gran serpiente, que, después de sus muchas vueltas, reclinaba su cabeza en la mano del Dios. La sinuosa serpiente significaba el tiempo, cuyo misterioso lugar de nacimiento esta todavía por ser descubierto.
Serapis, cuya estatua adornó el Templo, era el Dios más popular del Oriente. Lo creyeron ser la fuente del Río Nilo, cuyo su pecho él hinchó hasta verter su abundancia sobre el suelo circundante. Mientras que su ojo siguiera abierto, el sol brillaría, la tierra produciría, y las mujeres darían a luz; Pero si él cerrara su ojo, la vida se convertiría en una hoja amarillenta y seca. Pero Serapis era extranjero en Egipto. Él no era un africano de nacimiento, sino que fue importado de Sinope, en Euxine. Cuando él hizo su primera aparición en el Nilo, la gente – los Alejandrinos especialmente, -- se levantaron y protestaron vehementemente contra la introducción de una deidad extranjera. ¿No tenían ellos a Osiris, el gran Dios de sus antepasados, e Isis, su consorte -- la mujer divina con su hijo, Horus, sentándose sobre sus rodillas? ¿Por qué, debe ser admitido un Dios extraño al trono o lecho de Osiris y de Isis? ¿No tenían ellos su propia trinidad, Osiris, Isis, y Horus -- Padre, Madre, e Hijo-- la mejor trinidad jamás concebida? Pero Tolomeo era Rey, y su voluntad prevaleció. Él dijo que Osiris, en un sueño, le ordenó aceptar a Serapis como nuevo y bien querido dios, y que él no deseaba hacer nada en contra de su sueño.
En todo esto podemos ver la similitud con la historia de Jesús, y cómo sus amigos obligaron a al solitario Jehová a aceptarlo como su hijo y de esa forma tuvo que compartir parte de sus divinos honores. Sabemos que la gente se opuso a Jesús al principio, exactamente igual que los Alejandrinos hicieron con Serapis, pero finalmente entre suelos y milagros Jesús, el nuevo Dios, creció para ser más popular que el Dios antiguo, su Padre.
Cuando el Cristianismo empezó a ganar ventajas en Alejandría, desde el comienzo se fijo dos metas: destruir dos de los monumentos principales de su gran rival, pagano -- la Biblioteca y el Templo de Serapis. Déjeme recordarle que Alejandría, desde muy temprano, se convirtió en una de los primeros baluartes la religión Cristiana. De las cinco capitales de la nueva fe-- Jerusalén, Constantinopla, Cartago, Alejandría, y Roma -- Alejandría estuvo después de Roma y en algún momento supero a Constantinopla. Lo que se dice sobre el cristianismo que es esencialmente una filosofía asiática, se confirma mediante el hecho que de cinco de sus grandes capitales, cuatro se encontraban en el oriente. Se encontraba mas en casa en el Asia que en África o Europa. Una confirmación más fuerte sobre la afinidad entre Asia y el Cristianismo es el hecho de que tan pronto el Imperio Romano se convirtió en cristiano, este cambio su capital de Europa a Asia, de Roma a Constantinopla. El primer Emperador Cristiano, Constantino, impulsado por la lógica de su nueva religión, el cristianismo, se va de Roma y toma su residencia en el Bósforo, a las orillas del continente que había acunado al cristianismo. Para un gobernante que codiciaba el poder absoluto, que temía a la democracia y detestaba la libertad, que prefería el estancamiento de la mente al movimiento de ideas y que deseaba a esclavos como súbditos, Asia era un lugar más que conveniente. Sin querer ofender a nadie, debo decir que el cristianismo era más asiático que el paganismo y que el Oriente era mas propicio para la creación de un sistema de totalitarismo político y religioso que el Occidente. El Cristianismo, como la religión de la mansedumbre y de la obediencia, tenía atracciones irresistibles para Constantino. Él no solamente adopto al cristianismo, sino que se mudo lo mas cerca posible de donde se había originado.
No es culpa del cristianismo que el asiático sea dócil, sino que es culpa del asiático que el cristiano sea pusilánime y servil. No es tanto que la religión hace al carácter de la gente, sino que la gente determina el carácter de su religión. La religión no es nada mas que una expresión, un resumen de las ideas nacionales, pensamientos y sentimientos. No son las palabras o el lenguaje quienes crean las ideas, sino la idea quien crea la existencia de las palabras. De la misma forma la religión es simplemente la expresión de la mentalidad de un grupo. Aun así la filosofía o religión de una persona aunque sea solamente el producto de su mente, crea una acción reflejo sobre su carácter. El hijo influencia al padre, de quien es el descendiente; el lenguaje influencia al pensamiento, del cual originalmente era solo una herramienta. Lo mismo es con la religión. La religión Cristiana, tan pronto pudo con tomo el poder, transformo al mundo. Destruyo al Imperio Romano y echo mano a todo lo que pudo -- cetro, espada, diadema, trono-- y se largo lejos con las riquezas hacia el Asia. No podríamos pedir una prueba mas grande para sustentar la posición histórica que el cristianismo es asiático, que en las pruebas de la transferencia de poder de Europa a Asia, o sea de Roma a Constantinopla.
Ahora, naturalmente, una religión que combate la cultura y las tradiciones Europeas en Europa, por supuesto que no las toleraría en Asia. ¿Entendemos éste punto?. Si esta religión trataba de destruir el pensamiento europeo en Europa, ¿Cómo no trataría de hacerlo en el Asia? Si persiguió criminalmente a Sócrates, Platón, Cicerón y Séneca en Europa ¿Cómo no los toleraría en el Asia? Por supuesto que jamás los tolerarían en Asia. Si el cristianismo destruyo todos los monumentos del Paganismo en Roma, en la Roma libre y orgullosa, ¿Cómo los podría dejar en pie en Alejandría, Constantinopla, o Antioquia? Con razón, en Asia, que es su hogar, lugar donde radica su poder y con la capital del imperio transferida a Constantinopla, el cristianismo se hizo más agresivo y sangriento contra el paganismo y la civilización que cuando se encontraba en Europa. La religión, como todas las cosas, es consistente mientras es joven y viril, y el Cristianismo en los primeros siglos de su creación era joven y viril, y por lo tanto lógica. Cambiando levemente las palabras de Shakespeare, podemos decir:
Hay una lógica que forman nuestros fines,
se llega mediante los medios que uno pueda
A veces nos sorprende como caballero japonés árabe, o siamés, que nunca se ha mezclado con europeos o americanos, puedan pensar como lo hacemos nosotros, o exhibir las maneras gentiles de razas occidental. Hay quienes rechazan la idea que un pagano, que vivió hace mas de tres mil años atrás, podía poseer las mismas virtudes que nosotros mismos valoramos hoy. El sectario quién cree que solamente la gente de su talla, calibre y credo, pueden ser buenos se encuentra perdido cuando debe de explicar la universalidad de la cultura y la virtud. Esto se explica por su inhabilidad de percibir que hay una lógica en el desarrollo del ser humano que trae resultados casi iguales del mundo -- antes y después de la Biblia.
Apreciemos ésta verdad. ¿Cómo puede un budista, un hindú o un pagano ser tan bueno como un cristiano? Por una ley de la naturaleza la maduración de la evolución humana es la misma en cualquier parte del mundo. Si solamente los islámicos, cristianos o judíos poseen el poder de producir hombres buenos, entonces no existiría la moral fuera de estas religiones. Pero la historia contradice lisa y llanamente estas conclusiones. Reiteramos que existe una lógica en el cultivo de la mente que nos da un Trajano, quien era pagano y tan sensible y justo como Washington, quien nació en una era cristiana pero no tuvo nada que ver con ella, o el chino Confucio tan noble e independiente como el francés Voltaire. Afirmo que existe una universalidad en la evolución del hombre que deja todas las pretensiones sectarias como una hoja en el viento. Y no podemos realmente tener mentes abiertas, ser grande pensadores, o podemos estudiar historia y filosofía, hasta que no apreciamos el poder de la lógica que forman nuestros fines "mediante los medios que uno pueda."
La transferencia de la capital del mundo y el asiento de poder de Europa a Asia no fue ningún accidente. Era un paso lógico. El cristianismo, para ser constante, tuvo que salir de Europa y mover su trouppe de Roma a Constantinopla. Ella echaba de menos el clima, la atmósfera, la gente, las tradiciones, el espíritu, las instituciones -- el entorno en el cual ella nació. Incapaz de asimilar ideas occidentales, ella apostó por el Asia. Por la misma lógica, ella deseaba borrar todo rastro de la cultura y pensamiento europeo. Por lo tanto cuando estudiamos sobre la destrucción de las Escuelas Paganas, Bibliotecas y Monumentos, no miremos a tales actos como accidentes históricos del cristianismo, sino como el desenvolvimiento de lógico de su genio.
Eudoxio era en ese entonces, época de la cual ahora hablaremos, el Emperador Cristiano. En respuesta a una petición por el Arzobispo de Alejandría, él envió una sentencia de destrucción contra la religión antigua de Egipto. Los Paganos y los Cristianos se habían reunido en la plaza principal para escuchar el contenido de la carta del Emperador. Cuando los cristianos se enteraron que podían destruir a los Dioses del Paganismo, un grito salvaje alegría fue lanzado a los aires. Los Paganos decepcionados, y por otra parte, viendo el peligro que corrían se fueron silenciosamente a sus hogares a través de los callejones oscuros y ocultos. Aun así no estaban dispuestos a ver su cultura, sus Dioses y sus Templos destruidos son ofrecer un desesperado ultimo acto de defensa. Bajo el liderazgo de Olimpos los paganos caen sobre los cristianos con el desgarrador al grito de su líder, "¡¡Muramos con nuestros Dioses!!", después aparece Theophilius, Arzobispo de Alejandría, cruz en mano y seguido por sus monjes marchando hacia el Templo de Serapis, procedió a tirar abajo sus pilares. Cuando llegaron el punto de destruir la colosal estatua, hasta los cristianos empalidecieron ante su grandiosidad y sostuvieron su respiración. Un soldado armado con una pesada hacha vacilo antes de lanzar el primer golpe. ¿Toleraría el Dios el insulto? ¿No derrumbaría el techo sobre las cabezas de los sacrílegos vándalos? Pero el soldado golpeó las mejillas de Serapis, que no ofreció ninguna resistencia. El sol brilló como de costumbre, y las leyes de la naturaleza mantuvieron su uniformidad. Animado por esta indiferencia del Dios para defenderse, la turba cristiana se lanzo sobre la estatua para despedazarla, así los pedazos de Serapis terminaron diseminados por las calles de Alejandría, así los paganos podían apreciar la deshonra en la cual su Dios había caído. Miles de paganos, viendo la impotencia de sus Dioses de poder vengar tal insulto, desertaron del paganismo y se unieron a las filas de los cristianos. Tan pronto como se limpio el terreno donde se encontraba el templo se construyo una iglesia en el antiguo precinto sagrado. La Biblioteca de Alejandría fue el próximo blanco de ataque. Sus estantes fueron rápidamente limpiados de libros y Ud. y yo y 20 siglos de fueron lamentablemente privados de todos los tesoros intelectuales que nuestros antepasados Griegos y Romanos nos habían legado.
Cuando el Arzobispo bajo cuya influencia los monumentos y las bibliotecas de la civilización pagana habían sido saqueadas murió, fue precedido por su sobrino, San Cirilo, que era aún más asiático en sus pensamientos y más hostil a la cultura europea que su tío, Theofilo. El nuevo arzobispo dirigió sus esfuerzos contra los monumentos vivos del paganismo-- los eruditos, los poetas, los filósofos -- los hombres y las mujeres que todavía poseían un respeto apasionado por la cultura y la civilización del mundo de pagano. El representante más ilustre de la cultura Greco-Romana en Alejandría sobre éste tiempo era Hipatía, la hija dotada de Theo, matemático y filósofo de considerable fama. Se dice que Theo se hubiera conocido en la historia como un gran personaje si no fuera que este fue eclipsado por la fama de su hija.
Hipatía era una mujer notable y dotada. Su ejemplo demuestra cómo todas las dificultades se rinden ante una fuerte voluntad. Siendo una muchacha, y excluida por las convenciones de la época de búsquedas intelectuales, ella habría podido dar muchas razones por la cual debería haber dejado la filosofía a mentes más fuertes y libres. Pero ella tenía una pasión por todo lo relacionado con la vida de la mente, que superó todo obstáculo que interfiriera en su propósito. El ejemplo de una mujer joven que supera enormes dificultades, y llegar a ser una indiscutible Reina de un Imperio Intelectual, tendría que ser una gran inspiración para todos nosotros de corazones débiles. Ella ganó el premio que era negado a los de su sexo y se transformo en "la gloria de su época la maravilla de la nuestra."
Para seguir con sus estudios, ella persuadió a su padre para que la enviase a Atenas, en donde su más deseado trabajo, su dedicación a la filosofía, tomo lugar. La facilidad con la cual sacrifico todos sus otros intereses por el cultivo de su mente le gano la corona de laureles, distinción que la Universidad de Atenas tenia reservado para sus más destacados alumnos. Hipatía usaba esta corona como su mejor joya cada vez que aparecía en publico. A su vuelta a Alejandría, la eligen presidente de la Academia, que en ese período era la reunión de las principales mentes del Este y del Oeste. De hecho, era en esta misma academia donde los esfuerzos de las mentes más brillantes se unían para lograr una pacificación entre las culturas europeas y asiáticas. Deseaban hacer Alejandría, punto medio entre el Occidente y el Oriente, el punto de confluencia entre las dos corrientes de civilización. Deseaban celebrar un matrimonio del este, como novia, y el oeste como novio. Era su plan para hacer de Alejandría una clase de “destilería intelectual”, refinando y fundiendo las dos civilizaciones en una. Pero esta amalgama --esta asimilación— el cristianismo, fue la que previno la unión al intensificar los hábitos mentales asiáticos y al rehusarse a conceder ni una pulgada al más noble espíritu de occidente. El cristianismo es el culpable del aborto que dejo al Asia como una viuda, o para decirlo de otra forma, una rama seca en el árbol de la civilización. El Cristianismo rompió la conexión que la humanidad intentaba forjar entre Europa y Asia. El mundo nunca ha vuelto a ser uno, como casi lo pudo ser bajo el Imperio Romano.
Cirilo, el Arzobispo de Alejandría, estaba convencido que el buen nombre y talento de Hipatía le daba a la causa del Paganismo de un peligroso prestigio, y de tal modo previniendo el progreso de la nueva fe. Hipatía era de hecho una gran potencia en Alejandría. Ella era el personaje más popular de la ciudad. Cuando ella aparecía en su carruaje la gente en las calles lanzaba flores sobre ella, aplaudía sus logros y gritaba, "viva la gran hija de Theo". Los poetas la nombraban la "Virgen del Cielo," "La Estrella Intachable," "la flor más bella del discurso”. " Juzgando por las crónicas de la época, su belleza que podría haber avergonzado hasta Cleopatra era tan grande como su modestia, las dos eran igualadas por su elocuencia y las tres sobrepasadas por su sabiduría.
Su belleza asombraba a todos los ojos,
Sus palabras cautivaba a todos los oídos.
Su fama como profesora de filosofía atraía a Alejandría estudiantes de Roma y de Atenas, y de todas las grandes ciudades del imperio. Era uno de los grandes acontecimientos de cada día reunirse en los pasillos de la Academia donde Hipatía explicaba a Platón y Aristóteles. San Cirilo, el Arzobispo cristiano, quien pasaba frecuentemente por la casa de Hipatía y veía la larga caravana de caballos, carros y carruajes que traían multitudes de admiradores a la vivienda de la mujer filosofa, desarrollo un terrible odio por esta pagana. Él no apreciaba su fama. Su cultura era una basura para él. Sus encantos, la tentación que arruina a los hombres. La odiaba porque, ella, inferior mujer, había osado ser libre y pensar por si misma discutía con sí mismo como ella competía con el cristianismo, quitándole a Jesús los honores que le pertenecían. Con Hipatía fuera del medio, el pueblo alabaría a Dios y le daría a Él todo el amor y honor que desperdiciaban sobre ella. Ella le estaba robando a Dios sus derechos y por ese pecado debía morir. "El es un Dios celoso",como dice la Biblia, pensaba Cirilo, Santo que la Iglesia canonizo.
Por otra parte, Oreste, el Prefecto de Alejandría, tenia un gran respeto por Hipatía y asistía a sus conferencias constantemente. Cirilo creía que ella influenciaba al Prefecto y contaminaba con su paganismo. Con Hipatía destruida Orestes podría ser más fácil influenciado por el cristianismo. ¡Que cruel historia se estaba por desarrollar! Generalmente si un hombre es ínfimo y celoso ninguna religión lo puede mejorar y si es generoso y puro de mente ninguna superstición puede envenenar la fuente de su amor. La religión es fuerte, pero mas fuerte es la naturaleza. Desdichadamente Cirilo era un infame y las doctrinas de su religión solamente le sirvieron para afilar sus garras y revolver sus pasiones para convertirlas en odio.
Si hubiéramos vivido en esos días hubiéramos visto al final de cada día cuando el mar y el cielo se ruborizan con el beso del sol que se aleja, a Hipatía subir a su carruaje y salir hacia la academia donde se anunciaría el tema filosófico que desarrollaría. Ella es seguida por sus entusiásticos admiradores que se desviven por ser vistos por ella. Sonríe hacia su derecha y hacia su izquierda. Ella, quien sacrifico el amor para amar a la filosofía no es insensible al aprecio de sus alumnos. Al llegar a la academia, baja y asciende por los escalones de mármol blancos y entra por la puerta que tiene una esfinge de cada lado. Entrando por los pasillos iluminados por lámparas colgantes de aceite perfumado llegamos a la rotonda cuyo techo esta exquisitamente adornado por artistas griegos con imanes de Júpiter y sus acompañantes divinos quienes parecen absortos por las palabras que brotan de sus labios.
Las paredes estaban decoradas por artistas egipcios con imágenes de los animales sagrados, el cocodrilo, el gato, la vaca, y el perro; y con los vegetales sagrados, la cebolla, el loto, y el laurel. Además de éstos hay una escena en las paredes que representan el matrimonio entre Osiris e Isis. En una plataforma elevada hay un diván en terciopelo púrpura y sobre una pequeñas mesa la estatua de plata de la Minerva, Diosa de la sabiduría y patrona de Hipatía Detrás de la mesa se encuentra la joven filosofa vestida de una túnica blanca, con un collar de perlas alrededor de su garganta y cintura y sobre su cabeza la corona de laureles que Atenas le había otorgado. Un murmuro musical envuelve a la audiencia mientras se levanta. A continuación un silencio absoluto y poco después la suave voz de Hipatía Habla en griego, el lenguaje del pensamiento y la belleza del mundo antiguo. Si hubieran sabido que esta seria su ultima disertación en la academia. Mañana la academia seria una tumba. Mañana Minerva perdería a su hija. Cuando sus alumnos se despidieron de ella esa noche no sabían que en pocas horas se convertirían en huérfanos.
La mañana siguiente, cuando Hipatía apareció en su carruaje, repentinamente un centenar de hombres, vestidos todos de negro y encapuchados, quinientos monjes hambrientos de las arenas del desierto egipcio --quinientos monjes, soldados de la cruz--, como un huracán negro se lanzó a la calle, suben a su carruaje y quitándola de su asiento, la arrastran jalándola de sus cabellos dentro de una iglesia. Algunos historiadores relatan que los monjes le hicieron besar la cruz y la quisieron obligar a hacerse cristiana y entrar a un convento si quería salvar su vida. Estos animales bajo el liderazgo de San Cirilo y su mano derecha Pedro el Lector vergonzosamente la desnudaron y allí frente al altar y el crucifijo le arrancaron la carne de sus huesos con pedazos de ostras afiladas. El piso de mármol de la iglesia se tiño son su sangre. El altar y la cruz ensangrentada por los chorros de sangre que salían cuando le arrancaban los brazos y las piernas es algo muy macabras para contar. El cuerpo mutilado con cuyo cuerpo los asesinos habían satisfecho su fanática venganza fue tirado a las llamas.
¿Existe hecho más negro en los anales humanos? ¿Cuándo han asesinado a otro hombre o mujer tan inhumanamente? ¿Acaso la política, el comercio o el canibalismo ha perpetrado crimen tan cruel? El caníbal pone como excusa el hambre -- ¿Qué excusa tenía los asesinos de Hipatía?. ¡Incluso Juana de Arco era más afortunada en su muerte que ésta hija del Paganismo! ¡Una mujer hermosa! ¡Fue asesinada por hombres que no eran dignos ni de tocar el dobladillo de su ropa! ¡Y pensar que esto sucedió en una Iglesia – en una Iglesia Cristiana!
¡He visto la helada quemar las flores, he visto a la araña atrapar la mosca, he visto la serpiente sorprender al ave! y ¡Aun así amo a la naturaleza! Pero jamás entrare a una iglesia o apoyaría a una religión que haya cometido tan salvaje crimen contra un ser humano. No, ¡Ni aunque ofrecieran una ida eterna como chantaje! ¡OH! Curas, sacerdotes y pastores, en vez de un infierno, ustedes han creado miles, cada uno más terrible e infernal que lo que vuestra mitología describe. Aun así, si fuera verdad, ¡Preferiría que me traguen los infiernos y que hagan un festín con mis pobres huesos por la eternidad antes de darle mi apoyo y consentimiento a una institución que arrastra en su historia el imborrable estigma del asesinato de Hipatía!
Desearía vivir mil años para admirar el noble espíritu y gozar con el coraje de esta admirable mártir de la filosofía, ¡Hipatía! ¡Que mi voz fuera lo suficientemente fuerte para llegar hasta los lugares más recónditos del mundo! Entonces convocaría todas las mentes independientes para unir conmigo en un himno de la alabanza a esa mujer incomparable, que se ha unido al coro que es la felicidad del mundo.
¡Honor y amor a Hipatía la hermosa!. ¡Pobres los monjes que la mataron! Una sensación deliciosa de la satisfacción, como un sol tibio en un día de invierno me envuelve cuando contemplo el privilegio de vindicar su memoria contra sus asesinos. Fortuna ha sonreído sobre mí en seleccionarme como uno de sus defensores. Me felicito en tener el corazón y la cabeza como para poder llorar su triste final y me estremezco y tiemblo como en una pesadilla paralizante con el solo hecho de pensar que en circunstancias distintas podría haber llegado a ser un ministro de la Iglesia cuyas manos están teñidas de 17 centurias de sangre de inocentes. El pensamiento me embarga, me cuesta respirar, ¡Pero yo soy libre, que felicidad! Yo tengo la libertad de pensar y opinar. Dejen que los clérigos adoren a Pedro, Pablo, San Cirilo y a San Teofilio. ¡Yo te brindo mis respetos a ti, Hipatía, gloriosa victima de la superstición!
Si nosotros, generación actual, somos responsables del pecado de Adán, y merecemos las penas de su desobediencia, como el clero dice, la Iglesia de hoy es responsable del asesinato de Hipatía¿Cómo tomarán ésta aplicación práctica de su propio dogma? No les servirá que digan "nos lavamos las manos de los pecados del San Cirilo". Si Adán pudo mediante su antiguo acto exponernos a todos los seres humanos a una maldición, de la misma manera las maléficas acciones de San Cirilo mancha para la eternidad la religión que sus seguidores profesan. Aun así, la Iglesia pide perdón por sus crímenes, pero ninguna disculpa menos que desencarnar este credo esclavo asiático que en el Viejo Testamento apedreaba a los pensadores hasta la muerte y que en el Nuevo los declara "pagano y vulgar" podría satisfacer los fines de la justicia.
He dicho, mediante el lenguaje usado, que fue el mundo clásico quien fue asesinado en la persona de uno de sus últimos y más nobles representantes, Hipatía Hipatía encarnaba en su vida y enseñanzas el orgulloso espíritu de Grecia. Con ella, cae Grecia, cae el mundo intelectual de su eminencia.
A la muerte de Hipatía le siguieron diez siglos de oscuridad Egipcia, que una vez asentada sobre Europa, paralizó toda la iniciativa. Durante los mil años en los cuales el espíritu de San Cirilo y su Iglesia manejó, con indisputado totalitarismo los asuntos de la religión y el estado la noche envolvió a nuestra huérfana humanidad y las cadenas de la esclavitud aprisiono. Una nube de polvo que se levantaba a los cielos estranguló y seco las fuentes que en los días de Perícles y Antonio habían derramado aguas de vida sobre el mundo. La árida y obscura teología de la Iglesia expulsaron a las Musas de sus caminatas terrenales y el mundo se transformo en una prisión después de haber sido el hogar del hombre. Unas por una apagaron las luces del mundo, Atenas ya no existía, Roma murió. El florecimiento había desaparecido de la fase de la tierra y en su lugar cayo una terrible sombra del infierno que caería sobre la humanidad.
Simonías, en su "Poetas Griegos" dice que mientras las masas asesinas de Cirilo desmembraban el cuerpo de Hipatía, los autores griegos siguieron creando, " Musaeus cantaba la lamentable muerte de Leander, y Nonnus perfeccionaba una nueva y pulida forma del hexámetro " Estos autores, ignorantes que la superstición asiática había destruido su mundo, o que ellos mismos habían sido apuñalados de muerte --como quién ha sido baleado y no siente su herida por estar aun caliente, ignorante que solamente le queda solo unos pocos respiros de vida, siguieron cantando su canción. Pero la "canción del cisne" del mundo clásico. "Con la historia de Hero y Leander, ese inmortal poema de amor, la Musa, dice el mismo autor, "dio su ultimo adiós a su amada Helas."
Después de una noche de mil años, cuando el mundo se despertó de su sueño, la primera canción que canto fue la ultima canción del agonizante mundo pagano. En el año 1493, cuando el renacimiento presagiaba una nueva era, el primer libro que vio la luz en Europa fue el ultimo libro escrito por un pagano en Alejandría. Era el poema de Hero y Leander. El nuevo mundo retomo la hebra de oro donde el viejo mundo la había perdido. Las secuencias cortadas de pensamiento y belleza volvieron una vez mas a estar juntas en una corriente y comenzaron a cantar y brillar una vez mas como lo habían hecho es la antigüedad. Un poema griego fue el ultimo producto del mundo pagano y el mismo poema griego fue el primer producto del mundo nuevo renacentista.
Entre la muerte y el renacimiento del mundo pagano se encuentra la Iglesia Cristiana, o sea diez siglos de oscuridad.
Si Grecia y Roma hizo del arte, la poesía, la filosofía, la escultura, el drama, la oratoria, la belleza y la libertad algo clásico, entonces el oscuro culto asiático denominado cristianismo hizo por mas de quince siglos de la persecución, las guerras religiosas, las masacres, las disputas teológicas, el derramamiento de sangre, la cacería de herejes, la quema de brujas, las prisiones, las mazmorras, las prohibiciones, las maldiciones, el odio a la ciencia, el odio a la libertad, la esclavitud espiritual, la vida sin amor ni risas, algo ¡¡verdaderamente clásico!!
¡Pero el amanecer ya esta en nuestro cielo y es de día en el mundo!
Que diferente hubiera sido la historia si la Iglesia Cristiana en vez de perseguir a los intelectuales con un odio tan horroroso que es difícil de contemplar, les hubiera abierto los brazos con afección y gratitud. Pero la mente intelectual resalta demasiado la belleza y la justicia y muestra demasiado la fealdad de la superstición. Pero lo "divino" es siempre celoso de lo humano. Hipatía eclipsaba la gloria de Dios. Ella fue asesinada porque solamente "los pobres de espíritu" -- los enanos intelectuales, son los elegidos del cielo.
La buena noticia es que mientras la Iglesia todavía puede excluir del otro mundo a los gigantes mentales, ya no puede excluirlos del mundo real.