El día de hoy hablaremos sobre un estado cuyo paisaje es muy concurrido por extranjeros de todo el mundo : Sonora.
Sonora se caracteriza por la diversidad de sus paisajes y lo típico de sus ciudades y pueblos que aún conservan el sabor y la tradición de antaño. Playas, bosques, desierto y ciudades colmadas de riqueza para elegir la actividad y el tipo de vacaciones que tú y tu familia desean. Su historia es asombrosa y extensa como lo son sus desiertos y su sierra. Sus playas, de las cuales hablaremos en esta nota, son una maravilla turistica que se deben visitar.
San Carlos, Nuevo Guaymas
En mi opinión una de las playas más hermosas del estado de Sonora es San Carlos, Nuevo Guaymas.
San Carlos, Nuevo Guaymas se caracteriza por ser un hermoso y floreciente puerto sonorense.
Situado a 120 kilómetros de Hermosillo y a 390 kilómetros de la frontera con Estados Unidos, es parte integral del Puerto de Guaymas, localizado a sólo kilómetros es considerado el principal centro turístico del Estado.
Cuenta con privilegiados atractivos naturales como impresionantes paisajes en los que confluyen desierto, mar y montaña.
Además ofrece al visitante todo lo necesario para una estancia placentera y divertida, con hermosas playas de blanca y fina arena, un mar azul y apacible, paisajes desérticos, pesca, buceo y caza, además de un campo de golf y dos marinas.
Las bellezas naturales que ahí pueden ser observadas son muy variadas. La vegetación desértica contrasta de manera sublime con el azul del mar mientras que en la playa se puede disfrutar a plenitud de las bondades del sol para obtener un magnífico bronceado.
La infraestructura del puerto ha crecido con los años, para convertirse en una opción ideal para los amantes de las playas. En San Carlos el visitante disfruta un verdadero ambiente vacacional, los servicios que se ofrecen al turista son de primer nivel, a la altura de los principales sitios de recreo de México.
Los deportes acuáticos son una de las mejores herramientas para estar en contacto con la naturaleza y el Mar de Cortés. Desde pesca, buceo y snorkel que permitirán descubrir la fauna marina de tan bello golfo.
Si quieres descansar un poco de la arena y el mar, otra excelente opción es el Cañón de las Barajitas, localizado a solo 19 kilómetros de San Carlos.
La brisa del mar, el suave murmullo de las olas, los edificios de hoteles y condominios, así como el tranquilo ambiente del lugar hacen sentir al visitante la sensación de estar en el sitio indicado para disfrutar de unos días de sol, mar y arena, con todas las actividades que con estos elementos se pueden realizar.
El paisaje, con cerros color cobre, vegetación desértica y un mar del más puro color azul, conjuntan un toque especial que hace surgir un deseo de explorar el lugar, navegar en sus aguas, pescar y bucear adentrándose en el mundo submarino.
Para los amantes del golf, el Country Club cuenta con un campo de 18 hoyos; además, hay dos marinas que ofrecen todos los servicios a los amantes de la navegación, pesca y buceo.
San Carlos ofrece más que playas, brinda al turista un número ilimitado de posibilidades de acción, todas ellas garantizando una estancia que siempre quedara grabada en la memoria de quien vive.
El lugar es ideal para el turismo ecológico, gracias a los atractivos que ofrece la isla San Pedro Nolasco y su fascinante mundo natural, donde conviven los lobos marinos y miles de aves.
Durante el invierno y la primavera la ballena gris llega hasta las costas y puede ser vista de cerca; la presencia de estos mamíferos despierta mucho interés en todo el mundo, ya que se trata de un evento natural de gran trascendencia para el estudio de ciertas conductas biológicas, de las que depende la conservación de variadas especies.
Otro atractivo es la Playa de los Algodones, llamada así porque sus dunas de arena asemejan a motas de algodón; es ideal para practicar deportes acuáticos durante todo el año, ya que su temperatura promedio oscila entre los 31 grados centígrados en primavera, hasta los 18 grados centígrados en invierno.
Una visita obligada es el mirador escénico, donde dominaras el paisaje de la ciudad mientras te deleitas con un coco bien helado o un cóctel de frutas. Los turistas aprovechan siempre para tomarse las mejores fotografías que presumirán a sus amistades.
El Cerro Tetakawi es un emblema de alto valor paisajístico para San Carlos, aquí sobrevivieron los indios yaquis, seris y los guaimas, ya que el hábitat natural de las aguas del Golfo de California les dio alimento, además de que su mística silueta fortaleció el espíritu guerrero y el alma del indio nómada. Su nombre fue puesto por los yaquis, el cual significa "Tetas de Cabra".
Hay hoteles de acuerdo a cualquier presupuesto; además existen condominios con excelentes habitaciones, y se cuenta con trailer park equipados con todos los servicios, ideal para los turistas que arriban en sus motor home.
Para quienes gustan de los más variados platillos a base de pescados y mariscos, abundan los restaurantes especializados en la preparación de estos alimentos, así como los de cocina internacional, sin poder faltar la típica carne asada producida en Sonora.
Cuando el sol se oculta, la diversión no para, pues los bares y discotecas abren sus puertas para recibir a los paseantes que buscan un poco de vida nocturna. La diversión en San Carlos nunca termina.
El propósito de esta ciudad en sus orígenes fue que los españoles detuvieran el avance de los indígenas seris y tepocas. Pero aquella llamada Santísima Trinidad del Pitic se expande ahora con orgullo, cargada de historia, tradiciones y un futuro prometedor.
Una de las capitales más importantes de México, Hermosillo, abre las puertas a sus visitantes cada día para darles una probadita de la riqueza de su tierra: el valor de su gente.
Además de ser una ciudad industrial, de servicios y turismo de negocios, Hermosillo ofrece una amplia gama de opciones para aquellos que buscan entretenimiento, arte, cultura, historia o bellas playas. En fin, esta ciudad lo dejará sorprendido.
Sonora mantiene firme su vocación de buen anfitrión, que nos viene por tradición ancestral. Poseemos también una infraestructura turística del mejor nivel.
Hace más de 35,000 años existieron pobladores nómadas en el llamado “Complejo de San Dieguito”, cuyos restos aún pueden verse en la zona de El Pinacate. Después, hará unos 2,500 años, comenzó la agricultura. El primer encuentro entre nativos y españoles sucedió a mediados del siglo XVI, cuando se realizaron expediciones en busca de riquezas inexistentes. Hasta el siglo siguiente se conoce a nuestros grupos indígenas por sus nombres actuales.
En 1614 llegan los primeros misioneros a Sonora a trabajar de la mano con los indígenas, como lo hizo el fundador de las misiones del desierto Eusebio Francisco Kino, quien arribó en 1687 a Cucurpe.
Desde 1691 Sonora y Sinaloa comprendieron las Provincias de Sonora, Ostimuri y Sinaloa. Álamos, el primer asentamiento estable, se fundó alrededor de 1685. En 1775, el capitán Juan Bautista de Anza llevó a los primeros pobladores europeos a la bahía de San Francisco, en California.
En Sonora no hubo movimiento de independencia; más bien el gobernador de la Intendencia de Arizpe, general Alejo García Conde, derrotó a José María González Hermosillo, enviado de Miguel Hidalgo, en San Ignacio de Piaxtla, en Sinaloa, en 1811. Por ello, la antigua Villa del Pitic lleva el nombre de Hermosillo desde 1828.
En 1824 se creó el Estado de Occidente, que incluía a Sonora y Sinaloa, pero se dividió en1831. El sinaloense distrito de Álamos voluntariamente se integró al territorio sonorense.
Sonora fue el escenario de guerras intestinas entre conservadores y liberales; se disputaron el poder Manuel María Gándara y José Urrea. En 1857 lo sucedió el general Ignacio Pesqueira. En 1846 la “fiebre del oro” de California se llevó al 10% de los sonorenses; la mayoría regresó en peores condiciones. Además de la pérdida de territorio en la guerra con los Estados Unidos, se les vendió la región de La Mesilla en 1853. A raíz de las incursiones armadas de los filibusteros en Guaymas (1852 y 1854) y en Caborca (1857), Sonora se cubrió de gloria. Asimismo, los generales Ignacio Pesqueira y Jesús García Morales frenaron la invasión francesa, gracias a la victoria lograda en 1866 en los llanos de Guadalupe de Ures.
En 1875 el vicegobernador Francisco Serna se pronunció en el pueblo de Altar contra el “pesqueirismo” y, en 1879, cambió la capital del Estado de Ures a Hermosillo. Por su parte, José María Leyva alias “Cajeme” y Juan Maldonado, “Tetabiate”, caudillos yaquis, se rebelaron contra el gobierno entre 1882 y 1897; fueron derrotados y fusilados. Hoy se consideran símbolos de la resistencia indígena.
Desde 1882 quedaron comunicados Guaymas y Nogales gracias al Ferrocarril, que nos unió con Guadalajara en 1927.
A partir de la pacificación de las tribus yaqui y mayo en 1887, empezó el desarrollo agropecuario en el sur del Estado. Sin embargo, en 1906 estalló en Cananea la huelga más grande de México, precursora de la Revolución Mexicana. Un año después, el ferrocarrilero Jesús García Corona ofreció su vida por salvar al pueblo de Nacozari de una explosión de dinamita.
Para entonces Francisco I. Madero se opuso al general Porfirio Díaz y aspiró a la presidencia en 1910. Al fracasar desencadenó la Revolución Mexicana, cuyos seguidores en Sonora fueron José María Maytorena, Salvador Alvarado, Benjamín G. Hill, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Adolfo de la Huerta, entre otros.
Después del asesinato del presidente Madero en febrero de 1913, el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, se refugió en Sonora y encabezó el Movimiento Constitucionalista, por lo cual Hermosillo fue “la capital revolucionaria del país” hasta marzo del siguiente año. Apoyado en las armas sonorenses y sinaloenses, tomó la Ciudad de México en agosto de 1914, con Álvaro Obregón al frente como general invicto.
El grupo sonorense se rebeló contra el presidente Carranza por medio del Plan de Agua Prieta en abril de 1920. Este grupo tomó el control del país y llevó a la presidencia a Adolfo de la Huerta (1920), Álvaro Obregón (1920-1924) y Plutarco Elías Calles (1924-1928), quienes dieron pasos firmes para la reconstrucción nacional. En 1929 viene la sublevación llamada La Renovadora, encabezada por los seguidores del asesinado presidente electo Álvaro Obregón.
Los posteriores gobiernos sentaron las bases para la remodelación de Sonora, que se convirtió en el “granero de México” a mediados del siglo pasado, con medio millón de hectáreas irrigadas. Similar relevancia tuvo la ganadería. Ya en los años 60, surgió en Nogales la importante industria maquiladora. En los 80, la inversión de la Planta Ford en Hermosillo, hizo crecer la economía del Estado, mientras la industria turística se expandió a nuestra sierra y litoral.
Hola Sandra
ResponderEliminarHaz presentado una parte de tu estado que es muy interesante y bonita no imagine que contara con playas tan hermosas, creo que en tu blog estas presentando algo muy importante y que nos invita a visitarte.
Te felicito ha quedado muy bien tu blog y con esto queda cubierta la práctica de la unidad 4.
Saludos
Muchas Gracias xD, si Sonora es hermoso =)
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